sábado, 20 de septiembre de 2008

Galileo y el misterio de Júpiter

19 de septiembre - 20:00 h
Observatorio Astronómico José Luis Comellas
LA RINCONADA

Galileo y el misterio de Júpiter, en el observatorio José Luis Comellas

El día 19 de septiembre celebramos en el observatorio del Majuelo una sesión dedicada a Galileo Galilei, uno de los personajes más importantes de la Historia de la Ciencia. Del pisano, hijo del laudista Vincenzo Galilei y de Giulia de los Ammannati de Pescia, se comentaron algunos de los artilugios que inventara  que guardan relación con la observación del planeta Júpiter y sus satélites: micrómetro, juvilavio y celatone. Además, se hizo mención a las mejoras de rendimiento obtenidas en la construcción del telescopio, aunque se aclaró que Galileo no fue su inventor y que, después de tanto tiempo, a estas alturas no se sabe con certeza si la autoría corresponde al holandés Lippershey.



 
Galileo Galilei nació en 1564 y falleció en Florencia a la edad de 78 años y, desde luego, fue el primero en emplear el telescopio para la observación metódica del cielo. En sus observaciones descubrió nuevas estrellas, manchas en el Sol, montañas en la Luna, las fases de Venus y los cuatro satélites jovianos a los que llamó mediceos en honor a su mecenas Cosme II de Médici, Gran Duque de Toscana. El próximo año se cumplen 400 años de algunos de estos descubrimientos y por ello la UNESCO, la Unión Astronómica Internacional y todos los astrónomos del planeta celebrarán el Año Internacional de la Astronomía, con el objeto de popularizar esta ciencia.



En la sesión se proyectó una película de quince minutos editada para la ocasión dedicada al físico, matemático y astrónomo italiano, utilizando, entre otras, algunas animaciones e imágenes procedentes del Museo de Historia de la Ciencia de Florencia. También, entre las maquetas expuestas había un plano inclinado con el que estudiara la caída libre de los cuerpos (dejando caer esferas de distinta masa y midiendo el tiempo empleado, desde diferentes alturas) y copias de algunas páginas de Sidereus Nuncius.




Para finalizar, en el apartado de observación, los asistentes pudieron contemplar al gigante gaseoso y a los cuatro satélites galileanos y, también, el paso de la ISS a 400 kilómetros por encima de sus cabezas.