sábado, 1 de noviembre de 2008

Experimentum Facilis

31 de octubre - 19:00h
Observatorio Astronómico José Luis Comellas
LA RINCONADA


De nuevo un grupo de alumnas y alumnos del IES Antonio de Ulloa ha sido protagonista en una actividad realizada en el Observatorio Astronómico José Luis Comellas. La sesión "Experimentum Facilis" del pasado viernes 31 de octubre, consistió en la realización pública de una selección de experimentos sencillos. El reto fue doble: por un lado se trataba de conseguir la comparecencia de las chicas y de los chicos ante un público no habitual y, por otro, que transmitieran unos conocimientos previamente adquiridos.



La selección presentada, de diez experimentos, forma parte de un proyecto denominado CienciaEduca que próximamente verá la luz. Se trata de un sitio web en el que se ofrecerán las recetas de unas cuarenta experiencias para que puedan realizarse en casa, empleando materiales asequibles.

Esta actividad fue preparada con las chicas y chicos en tres sesiones intensivas en la que se tenía como objetivo la comprensión mediante la experimentación de ciertos fenómenos físicos. En la selección se trabajaron aspectos relacionados con la temperatura, la presión, el sonido, la gravedad, la luz, el magnetismo y el electromagnetismo.




La actividad que comenzó a las 19:00 h se inició con un experimento que comprobaba la transferencia de calor de diferentes materiales. Dos cubitos de hielo se colocaron encima de dos platillos de distinta composición para observar en cual de ellos el deshielo se producía antes.




Mientras el primero estaba en marcha, se realizó un experimento de “anti-gravedad”. Sobre un plano inclinado se dejó caer una caja con forma cilíndrica y para sorpresa de la audiencia, en vez de descender la vieron subir. El secreto estaba en un peso adherido en el interior de la caja.




Luego llegó un experimento para jugar con la presión. En el interior de un recipiente se metió un globo con un poco de aire. Y ayudados de una bomba de vació se fue extrayendo el aire del recipiente al mismo tiempo que el globo mágicamente iba aumentando de tamaño. Y después de éste, una experiencia de sonido: en el mismo recipiente se colocó un reloj-despertador que se hizo sonar dejando el aire en el interior, y luego, haciendo el vacío, para demostrar que es necesario algún medio -como el aire- para que el sonido se propague.




De magnetismo se hicieron dos experimentos. En el primero de ellos se utilizó un imán de neodimio que se introdujo por dos largos tubos (en posición vertical) con igual abertura, uno de plástico y otro de cobre. Con la ayuda del público se contó el tiempo en caer por ambos tubos, resultando que en el de cobre, que es conductor, el imán tardaba unas diez veces más. Al caer el imán hace que el flujo magnético sobre el tubo de cobre varíe, de este modo se induce una corriente electromagnética en el tubo. Además, por la ley de Lenz se puede afirmar que el campo magnético que esa corriente inducida crea tiende a oponerse al campo magnético que la creó y en este caso también a la caída del imán. Por eso cuanto mejor conductor es el tubo por el que cae el imán, más lento caerá éste.



En el segundo experimento se trataba de hacer levitar varios imanes anulares enfrentados por polos con el mismo signo.




Con un espejo cóncavo se hizo un experimento de reflexión de la luz creando una ilusión óptica. Una bombilla situada en el interior de una caja era reflejada justamente encima de un casquillo y cuando el público intentaba tocarla descubría que todo era un engaño.




También, los chicos y chicas realizaron un experimento para demostrar la forma de los líquidos que en situaciones de gravedad adoptan la forma del recipiente donde se vierten, pero en ingravidez su forma es esférica. Para ello, en un recipiente se mezclaron agua y alcohol hasta igualar la densidad del aceite.



La Jaula de Faraday la hicieron con una pequeña radio que envolvieron en papel de aluminio que anula el campo eléctrico del interior, evitándose que las ondas de radio lleguen a la antena del receptor. Ese mismo efecto fue comprobado con una malla metálica. También, la radio fue introducida en una bolsa de papel para explicar que para funcionar la jaula debe estar hecha de algún material conductor.




Para finalizar la actividad, se llevaron a cabo dos experiencias muy célebres de Galileo Galilei. En la primera, utilizando un tubo de vacío, se dejaron caer a la vez una bola de acero y un trozo de papel para comprobar que los dos alcanzaron su objetivo al mismo tiempo. También, se experimentó con el plano inclinado dejando caer bolas de distinto peso pero de igual volumen desde varias distancias midiéndose el tiempo con una clepsidra o reloj de agua, emulando al gran genio pisano.

Contado en todo momento con un público muy colaborador la actividad resultó de lo más entretenida. En el futuro seguro que tendremos nuevas ediciones de "Experimentum Facilis", con la ayuda de más alumnos y alumnas, contando con el apoyo de sus profesores y con la colaboración de sus padres. Muchas gracias y hasta la próxima.

(Agradecimientos especiales a Thomas Budil por la cesión para esta crónica de las fotografías 2, 5, 11 y 14).